Extraña, inversa, paradójica, desconcertante la relación entre la motivación de los demás para que nos movamos en determinada dirección y la reacción compensatoria y opuesta que pueden generar en nuestros propios deseos aquellas intenciones. Uno casi podría imaginarse la clásica balanza en la que a medida que aumenta el peso del interés de los demás por que hagamos algo, disminuye la entidad de nuestro propio empuje. Esta idea es amenudo especialmente operativa en la intervención sobre la relación entre padres y adolescentes, y puede serlo de tal calibre, que sea necesario articular terapéuticamente un "desinterés estratégico" de aquellos para fomentar el renacimiento de la implicación de estos en sus propias vidas, en la creación y gestión de las propias responsabilidades.
Es interesante comprobar como en otros ámbitos relacionales también se puede encontrar dicha dinámica con mayor o menor dosis de disfuncionalidad. Relaciones de pareja, laborales, escolares, entre amigos brindan ejemplos cotidianos.
miércoles, 25 de febrero de 2009
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