lunes, 26 de septiembre de 2011
Hombres, hombres 1: Padres en extinción a principio de curso
Padre jurásico, padre del pleistoceno, padre que vives fuera de la cueva y la prole, padre preocupado por el mamut, la caza y la captura de las proteínas, padre de la ancestral paternidad, de la semilla y a otra cosa mariposa. No leas este artículo. Este espacio no es para ti. ¿Para qué participar en el lugar donde las madres lo hacen tan bien? ¿Para qué generar conflicto de competencias? ¿Para qué confundir los roles? ¿Para qué plantearse qué es ser padres y hombre hoy en día? ¿Para qué marear la perdiz? Padre antidiluviano, sigue con tus papeles, tus cuentas y tus negocios. No pierdas el tiempo. No leas. No es para ti. Al Cesar lo que es del Cesar y los niños…para quien los entienda. No sigas leyendo. No empieces a pensar que quizás podrías aportar algo distinto al mundo de tus hijos, diferente de lo que aportaron nuestros padres, y los padres de nuestros padres... Padre primitivo, padre inquilino de Altamira, protege tu clan y repara desperfectos, no desvirtúes tu masculinidad con preocupaciones pedagógicas, no alteres tu calma con histerias infantiles, no te desconcentres con propuestas escolares vanguardistas de implicación, podrías aprender, cambiar, gozar. No sigas leyendo, querrás participar. Te rebelarás contra el papel que te ha tocado jugar en la historia dentro del guión familiar. No te resistas a tu propia extinción. ¿Luchar contra la desaparición progresiva del pater familias del terreno de los hijos y su educación?. ¿Oponerte a tu propia extinción?. Al final y al cabo es un rol que ha demostrado no ser saludable, adecuado para la supervivencia de la especie. Por cierto, ¿Está superviviendo la especie? Deja que las cosas lleven su curso mortecino. No disfrutes del efervescente y apasionante mundo de tu descendencia y su vida escolar. Deja que solo las madres sigan disfrutando del rico mundo de la Escuela, del crecimiento diario de tus hijos. Permite la extinción del padre no presente en la educación de sus hijos. No llegues hasta aquí en la lectura de estas líneas de advertencia. Podrías querer aportar tus experiencias, tus dudas, tu vida a la transformación necesaria.
viernes, 5 de junio de 2009
Hace unos días, en sesión de terapia familiar, tuve la oportunidad de observar como un adolescente de unos 17 años le decía a uno de sus hermanos, mientras este se ponía a llorar por no conseguir el objeto de uno de sus repetidos caprichos, que no se comportara como una niña. Desde hace muchos años, cuando oigo este tipo de exclamaciones se genera en mí un rechazo visceral a la injusticia que tal enunciado encierra en relación con el sexo femenino y la ignorancia que demuestra en relación con el sexo masculino. Es evidente que en un periodo especialmente sensible en lo que tiene que ver con la construcción y consolidación de una personalidad adulta en la persona, el aferrarse a estereotipos y esquemas ya hechos, de contenido y aplicación simple, es una tentación difícilmente superable para muchos adolescentes. Pero no es menos cierto que hablamos de un periodo en el que la necesidad de diferenciación respecto a los la familia de origen es también una de las claves que mejor permiten entender los comportamientos, ideas y modos de sentir de los chicos y chicas en estas edades. No es vano, la rebeldía y el oposicionismo que tantas horas de sueño quita a tantos padres no es ni más ni menos que la expresión de este rasgo de una personalidad en dinámica y más o menos turbulenta evolución. Bueno sería construir una nueva visión igualitaria de géneros, sin "errores" de base.
lunes, 2 de marzo de 2009
Golpes históricos al concepto egocéntrico del ser humano
- La Tierra no es el centro del Universo (Copérnico)
- El hombre desciende de los animales (Darwin)
- Las personas están impulsadas por poderes inconscientes que están en su interior y que él/ella es incapaz de gobernar. (S. Freud)
S. Freud.
4. La "causa" de su comportamiento no está siquiera situada en su interior sino en el contexto exterior. J. Haley (1967)
Recogido por Cloé Madanes en Terapia familiar estratégica, Amorrortu, Ed.
jueves, 26 de febrero de 2009
miércoles, 25 de febrero de 2009
Motivacion externa, motivación interna
Extraña, inversa, paradójica, desconcertante la relación entre la motivación de los demás para que nos movamos en determinada dirección y la reacción compensatoria y opuesta que pueden generar en nuestros propios deseos aquellas intenciones. Uno casi podría imaginarse la clásica balanza en la que a medida que aumenta el peso del interés de los demás por que hagamos algo, disminuye la entidad de nuestro propio empuje. Esta idea es amenudo especialmente operativa en la intervención sobre la relación entre padres y adolescentes, y puede serlo de tal calibre, que sea necesario articular terapéuticamente un "desinterés estratégico" de aquellos para fomentar el renacimiento de la implicación de estos en sus propias vidas, en la creación y gestión de las propias responsabilidades.
Es interesante comprobar como en otros ámbitos relacionales también se puede encontrar dicha dinámica con mayor o menor dosis de disfuncionalidad. Relaciones de pareja, laborales, escolares, entre amigos brindan ejemplos cotidianos.
Es interesante comprobar como en otros ámbitos relacionales también se puede encontrar dicha dinámica con mayor o menor dosis de disfuncionalidad. Relaciones de pareja, laborales, escolares, entre amigos brindan ejemplos cotidianos.
domingo, 1 de febrero de 2009
La emoción sin lugar
Érase una vez una emoción que no encontraba su lugar. Quien podía darle su nombre había decidido sujetarla bien, distanciarla, asegurarse de que no pudiera invadirle. El temor era intenso, el deseo no menor. Quizás pudiera guiarla hacia selvas recónditas. Puede que le desconcertara, le hiciera perder la ruta seguida hasta ahora sin más. Quién sabe si le haría encontrar gusto en lo que ella no era, o creía no ser. Con esfuerzo incluso mayor al que le habría supuesto dejarse embriagar, se propuso encerrar el océano en una botella. No quiso que peligrara su paisaje.. Protegió al vecindario de inesperadas convulsiones. Les pidió tiempo, pero no se lo dieron Cubrió sus cercanos con la coraza de sus manos, las más tiernas de otros momentos, y con los párpados bajados. Una membrana casi perfecta de aspecto faraónico, y un rincón secreto donde recluir tanta vorágine, levantaron la mastodóntica pirámide egipcia que agotó la propia y más hermosa vida de aquellos días. O no.
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